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Melasma: por qué no es solo una mancha y cómo abordarlo de forma inteligente todo el año.

  • bermelhwc
  • 25 nov
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 2 dic

Por: Dra. Solange Golbert · MN:148326 · Bermel Skin Clinic El melasma es una de esas consultas que recibo todos los días en el consultorio. Y no es casualidad: no se trata solo de “manchas”, sino de una condición crónica, influenciada por inflamación, genética, hormonas y, por supuesto, por la luz. Por eso requiere un plan integral, sostenido y realista. La clave no es “borrarlo”, sino aprender a manejarlo para que no empeore y se vuelva más intenso.

El enfoque cambia según la estación. En invierno tratamos de manera más activa: mejoramos la condición de la piel, despigmentamos y hacemos procedimientos. En verano, en cambio, sostenemos y prevenimos la recidiva, que puede aparecer incluso con exposiciones mínimas si no usamos el protector adecuado.

Fotoprotección: el pilar número uno


Si hay una medida que realmente cambia el pronóstico del melasma es la fotoprotección diaria. Hoy sabemos que no solo los rayos UV, sino también la luz visible pueden activar las manchas. Por eso recomendamos especialmente el uso de fotoprotectores minerales con color, que combinan óxido de zinc, dióxido de titanio y pigmentos de óxidos de hierro. Esta combinación ofrece una cobertura más completa frente a UV y luz visible, y además suele ser mejor tolerada por pieles sensibles o con tendencia a inflamarse.


También es fundamental proteger todo el cuerpo, no solamente la cara: el melasma empeora frente a la inflamación sistémica y al estrés oxidativo producido por quemaduras o exposiciones intensas en cualquier parte de la piel.


Muchas veces el melasma convive con rosácea, acné o dermatitis seborreica, y cuando tratamos y calmamos esas condiciones de base, el pigmento también mejora.


De casa al consultorio: qué tratamientos existen hoy


En casa

La rutina varía según la época del año.


En invierno, el protagonista sigue siendo la hidroquinona en formulaciones combinadas, en ciclos intermitentes y siempre buscando evitar irritaciones. Es el despigmentante más eficaz que tenemos. La acompañamos con antioxidantes tópicos como vitamina C, ferúlico y resveratrol, y según el caso, con ácido azelaico o ácido tranexámico tópico.


Además, algo que hoy está en debate —y cada vez con más evidencia— es el rol de los antioxidantes como la vitamina C no solo en aclarar, sino también en estimular colágeno, lo que mejora la calidad general de la piel y ayuda a que el pigmento se vea menos intenso.


En verano, nos enfocamos en sostener: el ácido azelaico se puede usar todo el año, y activos como el Thiamidol ayudan a evitar que las manchas regresen sin irritar. Aquí los antioxidantes siguen siendo aliados clave.


Vía oral

Contamos con herramientas que potencian los resultados:

  • Ácido tranexámico oral, una de las intervenciones con más impacto clínico cuando está bien indicado y monitorizado.

  • Omega-3, como antiinflamatorio sistémico que ayuda a mejorar la reactividad de la piel.

  • Vitamina D en caso de déficit, que es muy frecuente.

  • Polypodium leucotomos (ej. Heliocare), que aporta fotoprotección interna y mejora la respuesta frente a la luz visible y el infrarrojo.


En consultorio

Los procedimientos acompañan y aceleran la mejoría:

  • Peelings despigmentantes.

  • Mesoterapia con activos que regulan la melanogénesis.

  • Láser Q-Switched, una herramienta segura y precisa que actúa sobre el pigmento sin calentar en exceso, reduciendo el riesgo de rebote.

  • Tratamientos para el componente vascular, que hoy sabemos que también influye en el melasma y puede empeorarlo. Mejorar la microcirculación ayuda a disminuir la inflamación subyacente.


Situaciones especiales: embarazo y anticonceptivos


Tanto el embarazo como los anticonceptivos pueden desencadenar o empeorar el melasma por el estímulo hormonal. Después del embarazo, muchas veces las manchas mejoran cuando ese estímulo desaparece, pero es un momento en el que debemos cuidarnos más que nunca. Aquí la fotoprotección diaria es indispensable.


Cinco consejos claves para manejar el melasma

  1. Usar un protector solar mineral todos los días, sin excepción, y reaplicarlo cada 3 horas.

    Recordar que hay que proteger todo el cuerpo, no solo la cara.

  2. Preferir FPS con color, porque protege mejor contra luz visible, unifica el tono y mejora la adherencia al tratamiento.

  3. Identificar y tratar las condiciones inflamatorias subyacentes (rosácea, acné, dermatitis seborreica), que empeoran el pigmento.

  4. Ser constante con la rutina despigmentante, especialmente en invierno, usando hidroquinona en ciclos y combinando antioxidantes.

  5. Pensar al melasma como un proceso crónico, no como algo que se “cura”: con un buen plan anual, avances reales y sostenibles son absolutamente posibles.


A lo largo de los años aprendí que la clave con el melasma —y con la piel en general— es aceptar la piel que tenemos, la que nos acompaña toda la vida, y aprender qué cuidados necesita en cada etapa. Con paciencia, ciencia y constancia, se pueden lograr cambios reales y sostenidos. Y acá estamos para acompañarte en ese proceso.

 
 
 

5 comentarios

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Erica
06 dic
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Super interesante! Muchas gracias por la información

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Maia
02 dic
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Que explicación tan clara!! Me encantaron los consejos súper prácticos de cómo prevenirlo. Gracias!!

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Dina
02 dic
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Excelente la explicación

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Carl
02 dic
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Excelente explicación!

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Invitado
02 dic
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Muy interesante. Siempre sigo los consejos de la doc en Bermel. Uso FPS con color todo el año!

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